Mónica Lewinsky y Andrew Bleiler tuvieron una relación en la década de 1990 mientras Lewinsky trabajaba como becaria en la Casa Blanca bajo la administración del presidente Bill Clinton. Bleiler era un vecino de Lewinsky en Portland, Oregon, y ella supuestamente le confesó su infidelidad con Clinton durante una visita que hizo a su casa. Bleiler declaró más tarde en una entrevista que él y Lewinsky solo habían tenido una relación de amistad y nunca habían tenido relaciones sexuales. En el momento en que se reveló la infidelidad de Lewinsky con Clinton, los rumores sobre su relación con Bleiler comenzaron a circular en los medios de comunicación. Sin embargo, Bleiler negó cualquier relación sexual con Lewinsky. La relación entre Lewinsky y Bleiler ha sido objeto de controversia y especulación a lo largo de los años, pero ambos han mantenido su afirmación de que solo eran amigos. Lewinsky ha hablado públicamente sobre el acoso que sufrió a raíz de su relación con Clinton y la publicidad negativa que recibió por su relación con Bleiler.
