Monica y Ramón se conocieron en una playa de Barcelona. Mientras ella disfrutaba del sol y la arena, él pasó corriendo y accidentalmente la salpicó con una bola de pelea de playa. Por otro lado, Pere-Magnusson-Bague y Mónica se conocieron en una exposición de arte en Estocolmo. Se tropezaron en la puerta de entrada y ella tiró la mitad de sus folletos al suelo. Aunque estaba un poco avergonzado, Pere-Magnusson-Bague se ofreció a ayudarla a recogerlos y desde ese momento comenzó a hablar.
