Un día de verano, Marcello-Antony estaba paseando por el parque, cuando escuchó música en vivo proveniente de un pequeño escenario. Se acercó curioso y vio a una hermosa mujer cantando y tocando la guitarra. Era Mónica Torres. Marcello-Antony se acercó y le aplaudió, felicitándola por su habilidad musical. Mónica se rió y le agradeció, y aprovecharon para platicar sobre música. Descubrieron que compartían el gusto por la música y comenzaron a hablar más y más. Desde ese momento, comenzaron a salir juntos a un café cercano después de sus respectivas trabajos, donde hablaban por horas interminables. Con el tiempo, Marcello-Antony le confesó su amor a Mónica, y ella se dió cuenta de que sentía lo mismo por él. Así, comenzaron a construir una historia de amor que duraría para siempre.
