Albert Cossery y Monique Chaumette tenían una relación amorosa que duró muchos años. Ambos provenían de familias acomodadas de Egipto y se conocieron en París en los años 50. Cossery estaba establecido como un respetado escritor y Chaumette era actriz de teatro y cine. La relación entre ellos era muy estrecha y se dice que se complementaban mutuamente: Cossery era un escritor solitario y Chaumette era muy sociable y tenía muchos amigos en el mundo del arte y la cultura. Siempre se apoyaban mutuamente en sus proyectos y pasaban largas temporadas en el sur de Francia disfrutando de la naturaleza y la tranquilidad. Chaumette tuvo un impacto significativo en la carrera de Cossery, en particular en su última novela, "El Hombre Quita la Máscara". Cossery se la dedicó a ella y le reconoció el papel clave que había desempeñado en ayudarle a crear los personajes de la historia. Desafortunadamente, a medida que pasaba el tiempo, la salud mental de Chaumette se deterioró y se volvió cada vez más desequilibrada. Cossery, que siempre había sido muy cuidadoso en proteger su vida privada, tuvo que enfrentarse a la difícil decisión de separarse de ella para proteger su propia salud mental. Pese a la separación, Cossery ayudó a Chaumette durante varios años, financiando incluso su estancia en una clínica psiquiátrica. Eventualmente, Chaumette falleció en 1973 y Cossery la enterró en el cementerio parisino de Montmartre cerca de la tumba de su amigo íntimo, el poeta Jacques Prévert. La relación entre Albert Cossery y Monique Chaumette fue muy importante para ambos y, aunque tuvo sus altibajos, siempre se mantuvo muy cercana y afectuosa.
