Ben Freeman y Montana Manning se conocieron hace unos años en una exposición de arte en Nueva York. Mientras admiraban una serie de pinturas abstractas, se encontraron frente a frente y comenzaron a hablar sobre el trabajo del artista. Después de intercambiar opiniones sobre las piezas expuestas, comenzaron a charlar acerca de los lugares que habían visitado y de las distintas experiencias que habían vivido. Ben y Montana descubrieron que compartían muchas cosas en común, incluyendo su amor por la naturaleza y su pasión por viajar. Decidieron intercambiar información de contacto para mantenerse en contacto y seguir conversando. Poco después, quedaron para tomar un café y desde entonces, se han convertido en grandes amigos. A lo largo de los años, han compartido muchas aventuras juntos, explorando nuevos lugares y descubriendo nuevas culturas. A pesar de que viven en ciudades diferentes, siempre encuentran tiempo para reunirse y disfrutar de la amistad que han construido. Para ellos, el arte fue solo una excusa para conocerse, pero su amistad es algo que siempre valorarán.
