Murat y Nefise se conocieron por casualidad en un café en el barrio histórico de Estambul. Murat estaba disfrutando de un libro en solitario cuando Nefise entró en la cafetería y, al ver que la única mesa disponible estaba junto a él, se sentó allí. Al principio no hablaron mucho, pero luego empezaron a hacer pequeñas conversaciones sobre el libro de Murat y la ciudad de Estambul en general. Descubrieron que tenían muchas cosas en común, incluyendo un amor por la literatura y la historia. De repente, un viento fuerte sopló y algunas páginas del libro de Murat volaron por el aire. Nefise se apresuró a ayudarlo a recogerlas y mientras ambos estaban de pie, se miraron a los ojos y ambos sintieron algo especial en el aire. Después de ese momento, no hubo vuelta atrás y comenzaron a verse regularmente.
