Un día soleado de verano, Myra-Lewis y Richard-Williams-I se conocieron en una pequeña cafetería de la ciudad. Myra había estado buscando un lugar tranquilo para tomarse un café helado cuando tropezó con Richard, quien estaba sentado en una mesa cercana. Después de entablar una conversación, descubrieron que tenían muchas cosas en común, como su amor por la música y los deportes. Richard incluso se ofreció a enseñarle a Myra a tocar la guitarra. A partir de ese momento, se volvieron inseparables. Salían muy a menudo a pasear por la ciudad, a disfrutar de la música en vivo o a ver partidos de béisbol en el estadio local. Finalmente, acabaron enamorándose y decidieron que querían pasar el resto de sus vidas juntos. Nunca se arrepentirían de aquel día en la cafetería en el que se conocieron y desde entonces, han sido una pareja feliz y exitosa.