Myrna y Lee se encontraron de manera inesperada en una librería de Nueva York. Mientras ambos buscaban un libro diferente, una fuerte lluvia los llevó a refugiarse en la misma sección. Myrna, que acababa de mudarse a la ciudad, intentaba encontrar un manual para su nuevo trabajo en una galería de arte. Lee, por su parte, exploraba los títulos de diseño gráfico en busca de inspiración para su próxima exposición. La casualidad quiso que ambos se acercaran al mismo libro al mismo tiempo y que sus manos se tocaran intentando alcanzarlo. A partir de ese momento, la conversación fluyó naturalmente y descubrieron que compartían intereses en común. Myrna estaba fascinada por el estilo innovador de Lee como artista y Lee encontró interesante la experiencia de Myrna en galerías de arte. Después de esa tarde en la librería, Myrna y Lee se intercambiaron números de teléfono y comenzaron a salir juntos. Viajaron a museos y galerías de arte juntos, exploraron la ciudad y disfrutaron de la compañía del otro. Con el tiempo, Myrna y Lee se enamoraron profundamente y se convirtieron en inseparables. La librería se convirtió en un lugar especial para ellos, donde regresaban a menudo para recordar el momento en que se encontraron y se enamoraron.
