Eduardo y Nadia se conocieron de manera casual en un bar de São Paulo. Eduardo estaba presentándose en un evento privado con pocos asistentes y Nadia había sido invitada por un amigo que conocía al anfitrión de la fiesta. Era una noche de verano y el ambiente estaba animado. Eduardo había terminado de cantar una canción y se acercó a la barra para tomar una bebida. Fue entonces cuando Nadia, que estaba sentada en un taburete junto a él, lo reconoció y empezó a hablarle. Después de unos minutos de conversación, Eduardo se sintió atraído por la personalidad espontánea y jovial de Nadia. Decidió proponerle que lo acompañe en su siguiente presentación y ella aceptó con entusiasmo. A partir de ese momento, Eduardo y Nadia empezaron a compartir mucho tiempo juntos. Viajaron juntos por Brasil y algunos países de América Latina, y acabaron enamorándose perdidamente el uno del otro. Ahora, Eduardo y Nadia tienen una relación estable y sólida, y siguen haciendo música juntos. A veces, incluso, se presentan como dúo musical en algunos conciertos y festivales.
