En una tarde de verano, José Fidalgo caminaba por las calles de Madrid cuando se topó con Nadia Novoa. Ella buscaba direcciones y él se ofreció a ayudarla. A medida que caminaban juntos, se dieron cuenta de que tenían muchas cosas en común y una chispa se encendió entre ellos. Intercambiaron números de teléfono y comenzaron a salir juntos con más frecuencia. Los dos se dieron cuenta de que habían encontrado a alguien especial. Desde entonces, José y Nadia disfrutan de la vida juntos y recuerdan ese momento en el que todo empezó.