Nagisa y Stephanie se conocieron en una academia de natación en la costa de Japón. Ambos fueron asignados en el mismo grupo para practicar y mejorar sus técnicas de natación. Nagisa siempre se había sentido algo tímido y nervioso alrededor de nuevos amigos, pero Stephanie era extrovertida y espontánea, lo que hacía que Nagisa se sintiera más cómodo a su alrededor. Pronto, Nagisa y Stephanie comenzaron a charlar y descubrieron una pasión mutua por la natación sincronizada. A menudo, después de las clases, se quedaban en la piscina practicando juntos y compartiendo consejos. La pareja creció cada vez más cercana y llegó a ser conocida entre sus compañeros de clase como "los amigos inseparables". Un día, Stephanie invitó a Nagisa a una competición de natación sincronizada que se celebraba ese fin de semana. Nagisa nunca había visto una competición de este deporte antes y aceptó con entusiasmo. Juntos, vieron a los equipos de todo el mundo demostrando sus habilidades en la piscina, lo que inspiró a Nagisa a mejorar aún más sus propias habilidades. Desde ese día, Nagisa y Stephanie se convirtieron en un verdadero equipo de natación. Pasaron los siguientes meses trabajando duro juntos, compitiendo en eventos y ganando medallas. Aunque ya no estudian en la misma academia de natación, todavía mantienen una estrecha amistad y recuerdan con cariño cómo se conocieron.
