Mientras caminaban por las calles de Chicago, Nancee-Kelly se detuvo sorprendida al ver a Jerry-Butler en una tienda de discos. Ella era una gran admiradora de su música y no podía creer que lo tenía tan cerca. Sin pensarlo dos veces, se acercó a él y le preguntó si podían sacarse una foto juntos. Jerry-Butler, quien también era un gran admirador de Nancee-Kelly debido a su trabajo de promoción musical en la ciudad, aceptó de inmediato. Después de tomarse la foto, ambos comenzaron a hablar y descubrieron que compartían muchos intereses en común. De repente, el tiempo voló y se dieron cuenta de que habían pasado varias horas hablando en la tienda de discos. Los dos se despidieron con la promesa de mantenerse en contacto y organizar una reunión para hablar más sobre música y negocios. Con el tiempo, Nancee-Kelly y Jerry-Butler se convirtieron en buenos amigos y colaboradores, trabajando juntos en muchos proyectos musicales a lo largo de los años. Su amistad fue forjada ese día en la tienda de discos, y desde entonces siempre han estado agradecidos de haberse encontrado de esa manera tan especial.
