Un día soleado en el parque del centro de la ciudad, Nancy estaba caminando con su perro cuando de repente se topó con Vince Edwards, quien estaba leyendo su libro favorito en un banco. Al percatarse de la presencia de Nancy, Vince levantó la vista y la saludó amablemente. Nancy, sorprendida por el gesto, respondió con una sonrisa tímida. De manera casual comenzaron a platicar y descubrieron que tenían gustos en común, incluyendo la música y el cine clásico. Después de un rato, Czar, su perro, comenzó a ladrarle a un grupo de palomas que pasaban volando por el parque, lo que provocó la risa de Vince. La química entre ellos era evidente. Decidieron ir por un café en la cafetería del parque y continuaron conversando sobre sus intereses hasta que el sol comenzó a esconderse. Se despidieron con un abrazo y un número telefónico anotado en un papel. Desde entonces, Nancy y Vince han sido inseparables y Czar siempre ha estado presente en los mejores momentos de su historia de amor.