Natalia Alexeievna fue la segunda esposa del zar Pablo I de Rusia. Se casaron en 1776, después de que Paul se divorciara de su primera esposa, y tuvieron diez hijos juntos. Sin embargo, su matrimonio no fue feliz y se rumoreaba que Paul tenía relaciones con otras mujeres, lo que hizo que Natalia se sintiera sola y aislada. Además de tener problemas en su vida matrimonial, Natalia también tuvo problemas en la corte rusa. A menudo se la tachaba de ser una extranjera (era de origen alemán) y se la criticaba por intentar influir en la política rusa. Se dice que tuvo una gran tensión con la propia Emperatriz Catalina la Grande, quien no confiaba en Natalia y la mantuvo alejada de cualquier actividad política. Después de la muerte de Pablo en 1801, Natalia tuvo que abandonar la corte rusa y retirarse a su finca en Pavlovsk. Allí vivió el resto de su vida, cuidando de sus hijos y tratando de mantener su posición social. Sin embargo, su vida no fue fácil y sufrió mucho la pérdida de su marido y el ostracismo de la corte. En resumen, la relación entre Natalia Alexeievna y Pablo I de Rusia fue turbulenta y difícil. A pesar de tener diez hijos juntos, su matrimonio no fue feliz y Natalia sufrió mucho a lo largo de su vida en Rusia.
