Un día de verano, Aécio Neves estaba de vacaciones en una playa de Brasil. Estaba jugando un partido de vóley con sus amigos y se dio cuenta de que un equipo rival estaba muy bien organizado y era muy bueno. Aécio notó que la mejor jugadora del equipo contrario era Natalia Guimarães, quien se destacó por su habilidad en la cancha y su belleza. Aécio se enamoró inmediatamente de Natalia y no pudo resistir el impulso de acercarse a ella para empezar una conversación. Natalia respondió con simpatía a la iniciativa del joven y, desde ese momento, Aécio y Natalia no se separaron más. Compartieron días felices en la playa, explorando la zona y disfrutando de la brisa marina. Luego de las vacaciones, Aécio y Natalia mantuvieron su romance y se convirtieron en una de las parejas más populares y queridas de Brasil.