Un día soleado, Natalia Paris estaba caminando por las calles de Bogotá cuando de repente se topó con Julio César Correa. Él le ofreció ayuda con una maleta que ella llevaba y ella aceptó gustosamente, impresionada por su caballerosidad. Después de charlar animadamente durante unos minutos, descubrieron que compartían muchos intereses en común. Decidieron tomar un café y ahí descubrieron su mutua atracción. Desde ese día, Natalia y Julio se han vuelto inseparables, formando una pareja feliz y enamorada. Ahora disfrutan de la vida juntos, compartiendo aventuras, risas y buenos momentos.