Gilles y Natasha se conocieron en una playa de Bali mientras ambos tomaban el sol. Él estaba haciendo ejercicios de calistenia y ella estaba tomando fotos para su blog de moda. Después de un breve intercambio de miradas, Gilles se acercó y le preguntó si podía tomar algunas fotos para su cuenta de Instagram de fitness. Natasha, sorprendida por su físico y su energía, aceptó. Después de la sesión de fotos, se quedaron hablando durante horas sobre sus pasiones, sueños y viajes. Descubrieron una conexión única y decidieron seguir en contacto. Tuvieron una segunda cita en la misma playa y desde entonces, no se han separado. Ahora son inseparables y viajan juntos por todo el mundo, documentando sus aventuras en Instagram y en sus propios proyectos creativos.
