Una noche de verano en Los Ángeles, Nathan Fillion estaba paseando por las calles después de una cena con algunos amigos. De repente, vio a una mujer hermosa sentada en una cafetería sola, era Vanessa Marcil. Nathan se acercó a ella con valentía y le pidió que le permitiera acompañarla a tomar una copa. Al principio Vanessa se mostró reacia, pero eventualmente accedió y los dos pasaron toda la noche hablando de sus aficiones y sueños. Desde ese día, empezaron a salir juntos y descubrieron que tenían una química especial y una gran conexión emocional. A pesar de las ocupadas agendas de ambos actores, encontraban tiempo para estar juntos, disfrutando del sol de California en la playa o visitando museos de arte y exposiciones. Nathan y Vanessa son ahora una pareja inseparable y su relación sigue siendo un ejemplo de amor y respeto mutuo.