Natalie Hershlag y Nathan Rothschild se conocieron casualmente en una gala benéfica en Nueva York. Natalie estaba dando su discurso como embajadora de la organización y Nathan estaba entre los donadores VIP del evento. Sus miradas se encontraron en medio de la multitud y ambos sintieron una extraña chispa en el aire. Después del evento, Nathan se acercó a Natalie para felicitarla por su excelente labor y, de ahí, empezaron a charlar y a intercambiar anécdotas. Descubrieron que compartían intereses en común, como la música y el arte, y también una pasión por causas sociales. En esa noche, se sintieron uno al otro como si se hubieran conocido desde siempre. Desde entonces, se han convertido en inseparables y han sido un gran apoyo el uno para el otro en sus respectivas carreras y vidas personales.
