Natsuhi y Cassie-Steele se conocieron por casualidad en una pequeña cafetería en pleno centro de la ciudad. Ambos estaban esperando su café cuando, de repente, un grupo de jóvenes entró corriendo y tropezó con Natsuhi, haciéndola casi caer al suelo. Cassie-Steele, que estaba justo detrás de ella, la sostuvo en el último momento evitando que se cayera. Natsuhi quedó impresionada por la rápida reacción de Cassie-Steele y por su amabilidad al ayudarla. Tras tomarse su café, se acercó a ella para agradecerle el gesto y ofrecerle una tarta que había comprado para llevar. Cassie-Steele aceptó el dulce y, tras charlar un rato con Natsuhi, descubrieron que tenían varias cosas en común, entre ellas su amor por la música y sus ganas de vivir experiencias nuevas. Así comenzó una bonita amistad entre Natsuhi y Cassie-Steele, que se mantuvo a pesar de que ambos vivían en ciudades distintas. Se mandaban mensajes, se llamaban y, de vez en cuando, se veían para disfrutar de la música juntos. Y aunque ninguno de los dos esperaba encontrar a alguien especial en esa cafetería, el destino les tenía preparado un camino lleno de melodías, risas y momentos inolvidables.