Un día soleado, Nejla y Ates iban caminando por la calle cuando vieron a Ted y Jordan jugando baloncesto en la cancha cercana. Ates era un gran fan del baloncesto y rápidamente se acercó para ver el juego. Nejla, por otro lado, no estaba tan interesada en el deporte, pero acompañó a su amigo. Mientras observaban el juego, Ted falló un tiro y la pelota se acercó peligrosamente a Nejla. Jordan, sin pensarlo dos veces, corrió para detener la pelota antes de que golpeara a Nejla. A partir de ese momento, los cuatro comenzaron a hablar y se dieron cuenta de que tenían mucho en común. Nejla y Ted compartían intereses en la música y la literatura, mientras que Ates y Jordan disfrutaban de los deportes extremos. Decidieron intercambiar números y seguir en contacto. Después de varias salidas juntos, se dieron cuenta de que eran buenos amigos y disfrutaban de la compañía del otro.
