Mientras participaba en un evento benéfico, el príncipe heredero Kronprins-Frederik conoció a Nina Klinker-Jorgensen, quien trabajaba como voluntaria. Quedó impresionado por su dedicación y pasión por ayudar a los demás, y comenzaron a hablar. Descubrieron que compartían muchos intereses, como el deporte, la música y la vida al aire libre. Durante los siguientes meses, se fueron conociendo cada vez más y, finalmente, se enamoraron. Desde entonces, han estado juntos y apoyándose mutuamente en todas sus aventuras.
