Erika-ii y Olasz-Varadi se conocieron en una cálida tarde de verano en el parque de la ciudad. Erika-ii estaba sentada en un banco leyendo un libro, mientras que Olasz-Varadi paseaba por el parque en busca de inspiración para pintar. Fue entonces cuando Olasz-Varadi se detuvo frente a Erika-ii y su libro llamó su atención. Se acercó a ella y le preguntó sobre el libro que estaba leyendo, y así comenzó una conversación animada sobre la literatura. Después de hablar por un rato, se dieron cuenta de que compartían muchos intereses en común, incluyendo la música, el arte y la escritura. Decidieron intercambiar información para seguir en contacto. De ahí en adelante, Erika-ii y Olasz-Varadi se convirtieron en grandes amigos y compañeros en la vida, y sus conversaciones en el banco del parque se convirtieron en un recuerdo apreciado para ambos.
