Un día, Orochimaru estaba caminando por el bosque en busca de un nuevo objetivo para sus experimentos. Fue entonces cuando escuchó unos gritos muy extraños. Se acercó cautelosamente y encontró a Barbara-Kowa, quien estaba luchando contra una serpiente gigante. Orochimaru, al ser también un usuario de serpientes, decidió ayudarla y juntos lograron vencer al reptil. Desde entonces, se hicieron amigos y comenzaron a compartir sus conocimientos sobre el mundo de las serpientes y la naturaleza. Aunque Barbara-Kowa no compartía el lado oscuro de Orochimaru, ella se interesó en sus experimentos y juntos comenzaron a crear nuevas formas de vida basadas en la mutación genética de diferentes especies. Con el tiempo, Orochimaru se dio cuenta de que tenía en Barbara-Kowa a una mentora y amiga de confianza, y juntos siguieron investigando y creando nuevas criaturas en su hogar secreto en el bosque.