Jim Morrison y Pamela Zarubica tuvieron una relación tumultuosa durante los últimos años de la vida del cantante. Se conocieron en Los Ángeles en 1968, cuando Morrison estaba en la cima de su carrera como líder de la banda The Doors, y Zarubica era una joven estudiante universitaria. Desde el principio, la relación de Morrison y Zarubica fue apasionada y volátil. Morrison era conocido por su comportamiento errático y su consumo excesivo de alcohol y drogas, lo que a menudo provocaba peleas y conflictos con Zarubica. La pareja se separó y se reconcilió varias veces en los años siguientes, y Zarubica estuvo presente en algunos de los momentos más salvajes e infames de la vida de Morrison, incluyendo su arresto en Miami en 1969 por indecencia pública durante un concierto de The Doors. Después de la muerte de Morrison en 1971, Zarubica afirmó que ella era la última persona en verlo con vida, y que había sido la última en hablar con él antes de que muriera en su bañera en París. Sin embargo, esta afirmación ha sido cuestionada por otros amigos y conocidos de Morrison que estaban en contacto con él en ese momento. A pesar de los altibajos de su relación, Zarubica siguió siendo una figura importante en la vida de Morrison hasta el final, y continúa siendo recordada como una de sus compañeras más cercanas y leales.
