Diane-Zoeller y Paolo-Bonolis se conocieron en un pequeño restaurante italiano en el centro de Roma. Diane acababa de terminar una larga jornada de trabajo en su agencia de publicidad y estaba buscando un lugar donde poder relajarse y disfrutar de una buena comida. Paolo, por su parte, estaba en la ciudad para grabar un programa de televisión y había escuchado que ese era uno de los mejores lugares para comer auténtica comida italiana. Cuando llegó al restaurante, Diane se dio cuenta de que todas las mesas estaban ocupadas, excepto una. Casualmente, esa mesa estaba justo al lado de la de Paolo. A medida que avanzaba su cena, Diane se dio cuenta de que Paolo no podía dejar de mirarla, y ambos comenzaron a establecer contacto visual. Finalmente, Paolo se acercó a la mesa de Diane y le preguntó si le importaría compartir una botella de vino con él. Diane, un poco temerosa al principio, aceptó la oferta de Paolo y juntos comenzaron a charlar. Descubrieron que tenían muchas cosas en común, incluyendo su amor por la comida italiana y su pasión por los viajes. Después de esa noche, Diane y Paolo siguieron en contacto, intercambiando correos electrónicos y mensajes de texto. Dos meses más tarde, Paolo voló a Nueva York para ver a Diane y, desde entonces, han estado juntos. Ahora, años después, comparten una casa en Roma y han construido una vida juntos, gracias a ese pequeño restaurante en el corazón de la ciudad.
