Una tarde de verano en Los Ángeles, Aubrey estaba viendo el atardecer en una de las playas más populares de la ciudad cuando sintió que alguien se sentaba a su lado. Al darse la vuelta, se encontró con la mirada de Paris, una chica de piel bronceada y ojos grandes que lo dejó deslumbrado. Aunque en un principio estaban un poco apenados, pronto comenzaron a hablar de música, arte y viajes, descubriendo que compartían muchas aficiones y gustos. Con el paso de las horas, la conversación fue fluyendo y las risas se convirtieron en cómplices. Cuando el sol se puso y la playa comenzó a vaciarse, se dieron cuenta de que habían pasado mucho tiempo juntos sin siquiera saber sus nombres. Después de intercambiar los datos de contacto, se despidieron con un abrazo que dejó a ambos con ganas de más. Así comenzó su historia de amor, que se forjó entre risas, aventuras y complicidad, y que hoy en día sigue siendo una de las más sólidas y hermosas de la industria musical.