Pat Evans y Clifton Davis se conocieron en un bar de jazz en el centro de Nueva York. Pat estaba sentada sola en una mesa, disfrutando de la música y tomando un trago mientras observaba a los demás bailar. Clifton entró y se dirigió directamente a la barra, pidiendo un whisky. Al escuchar la música, decidió acercarse al área del baile y allí fue donde sus miradas se encontraron. Clifton se acercó a Pat y le preguntó si quería bailar. Ella aceptó de inmediato y comenzaron a moverse al ritmo del jazz. Hablaron un poco y Clifton descubrió que Pat era una mujer muy interesante y apasionada por la música, igual que él. De hecho, ella era cantante de jazz y había actuado en varios locales famosos de la ciudad. Clifton quedó impresionado por su talento y su personalidad, y después de esa noche no perdió contacto con ella. Se reunían regularmente en el mismo bar de jazz y otros lugares donde tocaba Pat, y pronto se convirtieron en buenos amigos. Con el tiempo, esa amistad se transformó en algo más profundo y se enamoraron el uno del otro. Desde entonces, han estado juntos compartiendo sus vidas y su pasión por la música. Han viajado por todo el país interpretando y creando juntos, y su amor se fortalece cada día. Todo gracias a esa noche en el bar de jazz donde se conocieron.
