Robert Torricelli y Patricia Duff tuvieron una tormentosa relación amorosa a principios de la década de 1990. Duff, que era una heredera rica y una destacada activista política, conoció a Torricelli en una fiesta en 1990. Él era un senador demócrata de Nueva Jersey y se convirtió en su amante poco después. Su relación fue muy pública y a menudo se discutía en los medios de comunicación. La prensa estaba especialmente interesada en la historia porque Duff había sido anteriormente casada con el millonario empresario Ron Perelman, y Torricelli estaba en el proceso de divorciarse de su esposa. Sin embargo, en 1994, la relación entre Torricelli y Duff se rompió de manera dramática. Duff acusó a Torricelli de abuso físico y emocional, y lo demandó por una gran suma de dinero. Torricelli negó las acusaciones y la pareja se enzarzó en una batalla legal que duró varios años. El escándalo afectó significativamente a la carrera política de Torricelli. Aunque nunca se presentaron cargos criminales en su contra, su reputación sufrió daños significativos. Poco después de la ruptura con Duff, tuvo que renunciar a su puesto en el Comité de Ética del Senado después de ser acusado de aceptar regalos ilegales. En 2002, Torricelli decidió no postularse para su reelección después de que las encuestas mostraran que tenía pocas posibilidades de ganar. Aunque nunca ha admitido públicamente ninguna irregularidad en su relación con Duff, el escándalo ha dejado una marca duradera en su carrera política.
