Alvaro y Patricia se conocieron en una obra de teatro en la que ambos actuaban. Al principio, no se hablaban mucho, pero en los ensayos y durante las funciones, comenzaron a notar su química y talento naturales. Entre escena y escena, charlaban animadamente sobre sus carreras y proyectos, descubriendo que tenían muchas cosas en común. Un día, tras una función épica, Alvaro invitó a Patricia a tomar algo y ella aceptó sin dudarlo. Desde entonces, se convirtieron en buenos amigos y compañeros de escena, compartiendo su pasión por el arte dramático y apoyándose mutuamente en todo lo que hacían. Tiempo después, se dieron cuenta de que existía algo más entre ellos y empezaron a salir. Hoy en día, siguen siendo inseparables y su amor por el teatro sigue más vivo que nunca.
