Un día soleado de verano, James y Patricia se encontraron casualmente en una cafetería. James, que acababa de mudarse a la ciudad, estaba buscando un trabajo y había decidido relajarse un poco tomando un café. Patricia, por otro lado, era una clienta habitual del lugar y estaba allí con unos amigos. Mientras esperaba su café, James notó que Patricia estaba leyendo un libro que él conocía muy bien. Decidió acercarse y hacerle un comentario al respecto. Patricia, sorprendida pero agradecida por el cumplido, empezó a hablar con James y descubrieron que tenían muchas cosas en común. Entre risas y cómplices miradas, James y Patricia compartieron historias de vida y sueños futuros. Cuando llegó el momento de despedirse, ambos se sintieron un poco tristes pero emocionados por haber conocido a una persona tan especial. A partir de ese momento, James y Patricia se convirtieron en amigos inseparables y, eventualmente, en pareja. Cada aniversario, vuelven a la misma cafetería donde se conocieron y recuerdan con cariño este momento mágico en sus vidas.
