Sandra y Patricia se conocieron inesperadamente en una cafetería durante una lluviosa tarde de primavera. Estaban ambas sentadas en mesas opuestas, y se dieron cuenta de que estaban leyendo el mismo libro. Después de intercambiar algunas palabras acerca del libro, se hicieron amigas al instante. No tardaron en darse cuenta de que compartían muchos intereses en común, desde la música hasta la moda. A partir de ese día, se encontraron regularmente en la cafetería para tomar un café juntas y discutir sus pasatiempos favoritos. Con el tiempo, su amistad se profundizó y empezaron a compartir sus secretos más íntimos. Sandra y Patricia se apoyaban mutuamente en los momentos difíciles y celebraban juntas en los buenos momentos. Ahora, su amistad ha resistido la prueba del tiempo y están más unidas que nunca.