Un día soleado, Carla y Ochoa decidieron ir a disfrutar de un picnic en el parque. Con su cesta llena de deliciosos bocadillos y bebidas, encontraron el lugar perfecto para instalarse junto a un hermoso lago. Fue allí donde se encontraron con Patricio y Laguna, quienes también estaban disfrutando del paisaje y de su propia aventura al aire libre. Después de compartir una sonrisa amistosa y algunos comentarios sobre la belleza del lago, los cuatro comenzaron a conversar animadamente. Descubrieron que tenían muchas cosas en común, como su amor por la naturaleza, la comida y la música. La charla fluyó naturalmente mientras compartían alimentos y bebidas, e incluso se animaron a cantar algunas canciones populares. Después de un tiempo, la tarde se acercaba a su fin y los cuatro se despidieron con la promesa de volver a verse pronto. Desde ese día, Carla-Ochoa y Patricio-Laguna se convirtieron en buenos amigos. Siempre recordarán ese día soleado y comparten la felicidad de haberse conocido gracias a su amor por la naturaleza y la aventura.
