Un día, mientras Scarlett Johansson caminaba por las calles de Hollywood, se topó con Patrick Wilson, quien estaba sentado en un banco disfrutando del sol. Ella se detuvo para preguntarle la hora y, al hacerlo, notó que sus ojos verdes hacían juego con su camisa. Continuaron hablando y descubrieron que tenían una conexión inmediata. Tomaron un café juntos y comenzaron a salir. Desde entonces, han sido inseparables y disfrutan de pasar tiempo explorando los rincones menos conocidos de Los Ángeles.