Jacqueline Kennedy y Paul Newman tuvieron una amistad cercana durante muchos años. Se conocieron en el set de la película de 1960 "Vidas rebeldes" y se mantuvieron en contacto durante décadas. Newman fue un gran admirador del estilo y la elegancia de Jacqueline, y ella apreciaba su calidad humana y su trabajo filantrópico. Según varios informes, Jacqueline y Newman mantuvieron una correspondencia regular a lo largo de los años, y se dice que se enviaban cartas y llamadas telefónicas de manera frecuente. Además, se dice que la ex primera dama le ofreció a Newman el cargo de embajador de los Estados Unidos en Mónaco, cargo que el actor rechazó por motivos personales. Jacqueline y Newman también compartieron intereses comunes en temas sociales, incluyendo la lucha contra la pobreza y el apoyo a las artes y la cultura. Ambos trabajaron juntos en varios proyectos filantrópicos, incluyendo la creación del Newman's Own Foundation, que fue fundada por Newman en 1982 para ayudar a las organizaciones caritativas. La amistad entre Jacqueline Kennedy y Paul Newman fue una relación duradera y profunda que fue valorada por ambos. Hoy en día, su legado continúa a través de sus respectivas fundaciones, que continúan trabajando por causas que ellos apoyaban.