Shelley Winters y Paul Newman se conocieron en la década de 1950 en la ciudad de Nueva York, donde ambos estaban comenzando sus carreras en el cine y el teatro. A pesar de haber trabajado juntos en varias películas, como "Harper, investigador privado" y "La leyenda del indomable", su relación se mantuvo en términos de amistad y compañerismo profesional. Winters, en varias entrevistas, habló muy bien de Newman como actor, director y amigo, y destacó su humildad y generosidad fuera de la pantalla. Newman, por su parte, reconoció públicamente el talento y la versatilidad de Winters como actriz y también se mostró muy agradecido por la oportunidad de haber trabajado con ella. A pesar de no haber mantenido una relación sentimental más allá de lo profesional, la amistad entre Shelley Winters y Paul Newman fue muy valorada por ambos y por la industria del cine en general.
