Stacey y Paul se conocieron en una cafetería en el centro de la ciudad donde ambos estaban esperando a sus respectivos amigos. Al no tener nada mejor que hacer, empezaron a charlar y enseguida se dieron cuenta de que tenían mucho en común. Después de un rato, sus amigos llegaron y se unieron a la conversación, pero Stacey y Paul seguían hablando animadamente como si los demás no estuvieran allí. Al final de la tarde, intercambiaron números de teléfono y acordaron encontrarse de nuevo en la misma cafetería la próxima semana. Desde entonces, se han convertido en buenos amigos y siempre se divierten juntos.
