Daniela y Nicolás se conocieron en una fiesta de cumpleaños en común, organizada por uno de sus amigos cercanos. Al principio, no hablaban mucho el uno al otro, pero eventualmente se encontraron charlando animadamente en un rincón de la sala. Descubrieron que tenían mucho en común y compartieron risas sobre chistes internos y recuerdos de la infancia. En poco tiempo, se convirtieron en muy buenos amigos. Por otro lado, Pedro y Astorga se conocieron en la universidad. Ambos estudiaban arquitectura y se encontraban en las mismas clases. Al principio, no parecían tener mucho en común y no pasaban mucho tiempo juntos. Sin embargo, cuando se encontraban en proyectos en grupo, descubrieron que trabajaban bien juntos y compartían una pasión por la arquitectura y el diseño. Con el tiempo, se hicieron buenos amigos y comenzaron a salir juntos en su tiempo libre.