Por casualidad, Maria Paz Wagner y Pedro Astorga se encontraron en la cafetería de una librería en el centro de la ciudad. Maria Paz estaba buscando libros en la sección de poesía y Pedro estaba revisando la sección de novelas de ciencia ficción. Sin darse cuenta, sus manos se tocaron al elegir un mismo libro al mismo tiempo. Fue cuando sus miradas se encontraron por primera vez. Pedro rápidamente se disculpó y le ofreció el libro a Maria Paz. Ella lo tomó y le agradeció, pero él no pudo evitar la curiosidad de preguntarle sobre sus gustos literarios. A partir de ahí, comenzaron a hablar durante horas sobre sus autores favoritos, las nuevas publicaciones y la importancia de la lectura en sus vidas. Después de aquel encuentro, siguieron viéndose en la librería y también en algunos eventos literarios. Descubrieron que compartían muchas otras pasiones, como la música, el cine y la naturaleza. Poco a poco se fueron conociendo más y más hasta que un día, Pedro le pidió a Maria Paz que fuera su novia. Ella aceptó inmediatamente, sabiendo que habían encontrado algo especial el uno en el otro. Juntos, comenzaron una historia de amor que fue más allá de la literatura y que perduró en el tiempo.