Margarida y Pedro se conocieron en una cálida tarde de verano en la playa de Cascais. Margarida estaba descansando en una toalla mientras Pedro daba un paseo por la orilla. Sus miradas se cruzaron y se reconocieron instantáneamente, como si se hubieran visto en otra vida. Pedro se acercó a Margarida y comenzaron a hablar, como si se conocieran de toda la vida. Después de una larga charla y varios baños en el mar juntos, se despidieron con la promesa de volver a verse pronto. Desde aquel día, su conexión fue cada vez más fuerte y se convirtieron en inseparables. Ahora, Margarida y Pedro son una pareja feliz, enamorados y listos para vivir una vida juntos.
