Un día, Monique y Alfradique decidieron ir a cenar a un restaurante muy elegante en Río de Janeiro. Cuando llegaron, se encontraron con que el lugar estaba lleno, pero por suerte, Pedro Rodrigues, el dueño del restaurante, los reconoció y les consiguió una mesa. Durante la cena, Pedro se acercó a la mesa para asegurarse de que todo estaba bien, y ahí fue cuando conoció a Monique y Alfradique. Resulta que Pedro era fan de ambas y estaba emocionado de tenerlas en su restaurante. Después de la cena, Pedro les ofreció un recorrido por la cocina y fue justo ahí cuando Monique y Pedro empezaron a hablar más y más, descubriendo que tenían muchísimas cosas en común a pesar de provenir de mundos muy diferentes. Desde ese entonces, la amistad entre Monique, Alfradique y Pedro ha sido fuerte, convertiéndose en una historia de amistad inolvidable que han compartido con todo el mundo.