Peggy-Knudson y James-C-Jordan se conocieron en una mañana soleada de verano en un parque de la ciudad. Ambos estaban caminando por el mismo sendero y, de repente, sus ojos se encontraron. Peggy se sintió atraída por los profundos ojos azules de James, mientras que James quedó encantado por la brillante sonrisa de Peggy. Después de unos momentos de silencio incómodo, Peggy tomó la iniciativa y se presentó. James respondió con entusiasmo y comenzaron a charlar sobre sus respectivos trabajos y hobbies. Descubrieron que ambos compartían una pasión por el arte y la música clásica. Decidieron reunirse más tarde esa semana en una galería de arte local para ver una nueva exposición. Durante el recorrido, James compartió algunos conocimientos sobre los artistas y las técnicas utilizadas en las obras de arte, lo que impresionó mucho a Peggy. Después de la visita a la galería, compartieron un café y continuaron su conversación. Y así, comenzó una amistad que eventualmente se convirtió en una hermosa historia de amor.
