Al-Besselink estaba dando un paseo por el parque cuando vio a una chica rubia sentada en un banco. Se acercó a ella y se presentó. Era Peggy-Maley, una amiga de un amigo suyo. Hablaron durante un rato y descubrieron que tenían muchas cosas en común. Decidieron ir a tomar un café juntos. Durante la conversación descubrieron que ambos estaban interesados en la moda y la fotografía. Peggy-Maley le enseñó algunas de sus fotos preferidas y Al-Besselink quedó impresionado por su talento. Desde entonces, han seguido hablando y compartiendo sus pasiones. Se han convertido en buenos amigos y ahora colaboran juntos en varios proyectos fotográficos y de moda.
