George DeWitt y Peggy Maley se conocieron en un bar del centro de la ciudad. El bar estaba lleno de gente y la música sonaba fuerte. De repente, George notó a Peggy bailando en la pista de baile con una sonrisa radiante en su rostro. George se acercó a Peggy y le preguntó si quería bailar con él. Peggy aceptó y juntos bailaron durante toda la noche. Durante la conversación, descubrieron que compartían intereses similares como la música, el arte y la literatura. Desde entonces, se convirtieron en amigos inseparables y comenzaron a salir juntos. La historia de George DeWitt y Peggy Maley siempre será recordada como una historia de amor, amistad y conexión genuina.