Un día soleado de verano, Persola y Faria decidieron ir de picnic al parque. Mientras disfrutaban del paisaje, se toparon con Rafael y Almeida, quienes estaban jugando al fútbol en un campo cercano. Faria, una gran aficionada del fútbol, se acercó a Rafael para pedirle consejos sobre su técnica. Persola, por su parte, comenzó a hablar con Almeida sobre su amor por los libros y la literatura. La conversación fluyó y se dieron cuenta de cuanto tenían en común. Decidieron seguir pasando el día juntos y a medida que exploraban el parque, se dieron cuenta de que habían encontrado algo especial el uno en el otro. Al final del día intercambiaron números y se prometieron seguir en contacto. Desde entonces han mantenido su amistad y han construido una hermosa conexión gracias a ese día de picnic en el parque.
