Jacqueline Kennedy y Pete Hamill tuvieron una relación amistosa que comenzó en la década de 1960, cuando Hamill era un joven periodista en Nueva York y Kennedy era la Primera Dama de los Estados Unidos. Según los informes, la pareja se encontró por primera vez en una cena y rápidamente se produjo una conexión. Hamill se convirtió en un confesor, confidente y amigo íntimo de la Sra. Kennedy durante los años en que estuvo en el ojo público después del asesinato de su esposo, el presidente John F. Kennedy. La Sra. Kennedy llegó a confiar en Hamill y le permitió entrevistarla y compartir sus puntos de vista sobre la política y la cultura. El vínculo entre los dos duró décadas. En una entrevista en 2013, Hamill dijo que la Sra. Kennedy "era una mujer increíblemente inteligente, agradable, elegante y sofisticada, pero también amable y afectuosa". También habló de cómo ella compartía con él sus pensamientos sobre su vida, su familia y la política, y cómo la admiraba por su perseverancia y su capacidad para superar la tragedia. La relación entre Jacqueline Kennedy y Pete Hamill se considera como una amistad duradera y significativa, y se ha citado como un ejemplo de cómo las conexiones y las amistades pueden influir en la vida de las personas de manera positiva y significativa.
