Mandy-Bright y Peter-Majoros se conocieron en una cafetería del centro de Budapest. Era un día soleado de verano y ambos habían ido a tomar algo frío para combatir el calor. Casualmente se sentaron en la misma mesa y empezaron a conversar. Mandy le preguntó a Peter sobre su libro, que había estado leyendo en la mesa, y este le contó acerca de su pasión por la literatura y la escritura. Mandy, por su parte, compartió su amor por el arte y su carrera como pintora. Desde ese día, se convirtieron en amigos inseparables y se pasaban horas charlando en la cafetería, mientras disfrutaban de un buen café y se inspiraban mutuamente con sus ideas. A medida que se conocían mejor, descubrieron que tenían mucho en común y que se complementaban en muchos aspectos. Motivados por su amistad, Mandy y Peter decidieron colaborar juntos en un proyecto artístico que fusionaría la literatura y la pintura. Así fue como crearon una exposición que combinaba sus obras y que fue un rotundo éxito. Desde entonces, Mandy-Bright y Peter-Majoros han seguido trabajando juntos, explorando nuevas formas de expresión artística y consolidando su amistad día tras día. Fueron dos desconocidos que se encontraron en una cafetería, pero que supieron ver en el otro una fuente de inspiración y creatividad.
