Joe Morgenstern y Piper Laurie se conocieron en una tienda de libros usados, donde ambos estaban buscando libros de cine clásico. Joe estaba concentrado en la estantería de obras de Hitchcock, cuando Piper se acercó con una copia de "The Hustler" en la mano. Comentaron sobre la película y sus personajes, y la conversación fluyó naturalmente hacia otras obras de cine. Al final, intercambiaron números de teléfono y acordaron verse para discutir más a fondo sobre su amor compartido por el cine. Así comenzó una amistad que duraría décadas.