El príncipe George, duque de Kent, y la princesa Marina, fueron una pareja real muy unida y amada. Se conocieron en una cena en 1932 y se casaron al año siguiente en la Abadía de Westminster. La princesa Marina fue considerada una de las mujeres más bellas de su época y era muy popular entre los británicos. A medida que pasaba el tiempo, la pareja se volvió cada vez más unida y compartieron muchos intereses, incluyendo los deportes, la música y el teatro. El duque de Kent era conocido por su estilo de vida extravagante y la princesa Marina fue un gran apoyo para él en su carrera política. Juntos tuvieron tres hijos, el príncipe Eduardo, la princesa Alexandra y el príncipe Miguel. Tristemente, la felicidad de la pareja se vió truncada cuando el duque de Kent falleció en un accidente de aviación en 1942, durante la Segunda Guerra Mundial. La princesa Marina sufrió profundamente su pérdida y se dedicó a criar a sus hijos y a trabajar en la caridad. La princesa Marina murió en 1968, dejando una gran huella en la familia real británica y en la historia de Gran Bretaña. Su amor por el duque de Kent y su dedicación a su familia son recordadas como un ejemplo de una vida bien vivida.