Princess-Ariel nadaba felizmente por su reino submarino, curioseando entre las algas y los corales cuando de repente, escuchó un rumor que venía desde la superficie del mar. Era una extraña criatura que hacía ruidos extraños y saltaba de una roca a otra. Intrigada por el sonido curioso, Princess-Ariel decidió subir a la superficie para investigar lo que estaba ocurriendo. Al llegar a la superficie, encontró a Sandy-Cheeks, la vigorosa ardilla submarina de Texas. Ambas quedaron cautivadas por la belleza de la otra, y rápidamente se hicieron amigas. Divertidas, comenzaron a jugar juntas a través de las diferentes áreas de la superficie y del reino submarino. Desde entonces, sus amistades perduran hasta el día de hoy y pueden ser vistas a menudo dándose un abrazo cerca de una roca o haciendo travesuras juntas.